
Un padre introvertido
Tiempo de lectura: 6 minutosLa crianza de los hijos, cuando se aborda con dedicación y consciencia, es una tarea extremadamente desafiante, y para aquellos de nosotros que somos introvertidos, a veces puede resultar realmente abrumadora. Las pequeñas personitas, como es mi hijo, demandan atención de manera constante, lo cual, sumado a las situaciones sociales y exigencias de pareja, junto con el constante flujo de ruido que contiene el día a día, crea un entorno donde encontrar momentos de tranquilidad se convierte en un auténtico desafío. Como decía Charles Bukowski: «La gente me vacía. Tengo que alejarme para recargar». Introvertido o no, un buen padre es autoconciente. Es necesario un poco de examen de conciencia y algún intento y error, pero cuanto más aprendemos sobre nosotros mismos, menos tenemos que luchar contra las expectativas artificiales sobre lo que debe ser la paternidad. Aprovecha y haz bien. Es bueno para mí conocer mis límites, qué hago bien, cuándo necesito de espacio y dónde necesito mejorar. De esa forma, se pueden marcar límites saludables. Eso no es egoísmo, es el primer paso para ser buenos padres.