Reviviendo la Infancia con Juegos de Mesa
Diversión y aprendizaje sin límites
La infancia es una etapa mágica, colmada de inocencia, asombro y un sinfín de recuerdos que influencian al futuro adulto en los que se convertirán nuestros hijos. Durante este tiempo, donde los problemas se olvidan pronto, el mundo parece un amplio patio de recreo donde las cosas más simples provocan una inmensa alegría. Aquellos que disfrutaron de una infancia feliz experimentan de manera positiva una de las emociones más poderosas asociadas con esos años tempranos: la nostalgia. En mi caso, este sentimiento, una lágrima por el pasado, evoca recuerdos cálidos y felices de mi niñez, recordándome tiempos más simples, llenos de risas y sin preocupaciones, y por qué no decirlo, momentos familiares que guardo como un tesoro invaluable.
La nostalgia de la infancia puede ser provocada por diversos estímulos, desde un juguete o juego favorito hasta un olor o sabor específico. Estos disparadores están envueltos en magia, tienen el poder de transportarnos en el tiempo, permitiéndonos revivir momentos preciosos y reconectar con nuestro yo más joven. Por ejemplo, el simple sonido de unos dados puede evocar instantáneamente las incontables horas dedicadas a lanzarlos sobre un tablero y mover ficha, mientras que el sonido de unas canicas me trae recuerdos de competiciones y risas con mi hermano o amigos. La paternidad es el mejor momento para revivir la nostalgia de la infancia, volviendo a visitar esa forma de jugar y divertirse, juguetes y juegos que alguna vez fueron tu forma de vida. Ya sea desenterrando algún juego antiguo o comprando nuevos juegos de mesa, sumergirse en este estilo de diversión familiar puede reavivar la sensación de alegría y asombro que experimentaste cuando eras niño.
¿Sabías que muchos juegos de mesa son más que solo diversión? ¡Son herramientas geniales para aprender y desarrollar habilidades sociales! Por eso, los profesores y terapeutas a menudo los usan en las aulas y en sesiones de terapia. Estas son algunas de las cosas que los juegos de mesa pueden enseñar:
- A esperar tu turno
- A entender las reglas del juego
- A ver las cosas desde diferentes puntos de vista
- A mejorar tus habilidades de hablar y ampliar tu vocabulario
- A controlar tus emociones
- A trabajar en equipo
La Dra. Amanda Gummer, experta en desarrollo infantil, dijo al Brooklyn Daily Eagle: “Los juegos de mesa son una manera increíble para que los niños aprendan habilidades sociales mientras se divierten. Los juegos rápidos, divertidos y centrados en la suerte son geniales para que los niños jueguen juntos y aprendan sobre la competencia de manera amistosa”.
Los juegos de mesa son una manera divertida y efectiva de que nuestros hijos desarrollen habilidades clave como matemáticas, lenguaje y otras destrezas importantes que utilizarán dentro y fuera de la escuela. Realmente, existen juegos de mesa para prácticamente cualquier habilidad que desees fortalecer con tu hijo, sobre todo a parir de los 4 o 5 años. Por ejemplo, el Monopoly es excelente para que los niños practiquen matemáticas, mientras que el juego ¿Qué soy yo? Ayuda a mejorar las habilidades lingüísticas al hacer y responder preguntas. Los juegos de mesa son una forma fantástica de ejercitar el cerebro de diversas maneras. Cuando no es el turno de tu hijo, está pensando en su próximo movimiento. Cuando llega su turno, debe recordar los movimientos que ya han hecho los otros jugadores y planificar su estrategia. Esta constante actividad mental ayuda a fortalecer la atención y la memoria.
De hecho, los centros de atención especializada para personas mayores utilizan los juegos de mesa para trabajar las habilidades cognitivas de sus residentes. Algunos estudios científicos han demostrado que las personas mayores con deterioro cognitivo experimentan mejoras en la memoria y la atención después de jugar con juegos de mesa. Por lo tanto, la mejor manera de garantizar que tu hijo aprenda mientras se divierte con los juegos de mesa es jugar con ellos. De esta forma podemos ser un buen ejemplo de espíritu deportivo, plantear preguntas que estimulen su pensamiento y fomentar la resolución de problemas por sí mismos. Ya sea que estés buscando reducir el tiempo frente a las pantallas o simplemente deseas fortalecer los lazos familiares, creo que jugar juntos es una de las mejores formas de lograrlo. Si recuerdas con nostalgia los juegos de mesa de tu propia infancia, eso es una buena razón para compartir esa experiencia con tus hijos. Y si no tuviste la oportunidad de disfrutar de estos juegos cuando eras pequeño, entonces, es una razón más poderosa para comenzar y ofrecérselos a tus hijos.
Existen juegos atemporales que han resistido la prueba del tiempo, como el ajedrez, y continúan cautivando los corazones y las mentes de niños y adultos de generaciones, incluyéndome. Estos juegos ofrecen mucho más que simple entretenimiento; proporcionan experiencias de aprendizaje invaluables, fomentan la creatividad y promueven el desarrollo cognitivo entre muchas otras habilidades y destrezas. Estoy emocionado y no puedo dejar de pensar por todos los juegos que podré compartir con mi hijo.
Mientras tanto, en la actualidad, estoy descubriendo nuevos juegos adecuados para su edad. Por ejemplo, dado que mi hijo es menor de 3 años, hemos estado disfrutando de Caperucita Roja. Este juego es fácil de entender para los más pequeños, con piezas grandes y manejables que se “construyen” fácilmente como es la “casita de la abuelita” o el tablero y se guardan en la caja, ocupando poco espacio. Además, es animado, colorido y de fácil aprendizaje, con reglas básicas, pero opciones variadas, lo que atrae su atención. Pueden jugar hasta tres personas.
Otro de los juegos con el que hemos jugado es «El frutal», la versión mini, lo que nos permite llevarlo cómodamente en su lata a cualquier lugar. Este juego es colaborativo, donde todos ganan o todos pierden, lo que hace que las partidas sean cortas y motivantes para intentarlo de nuevo y ver si logramos vencer al cuervo. La dinámica de estos juegos es muy sencilla y, además de divertirse, practican la paciencia y el respeto por los turnos. En próximas entradas, compartiré más sobre los juegos de mesa que he adquirido, pero aún no hemos probado.