
Hay que leer con constancia
Es comprensible que algunos papás puedan sentirse inseguros o incómodos al enfrentarse a la crianza de un hijo, especialmente si sienten que no tienen la oportunidad de participar en el proceso y en los detalles de la manera que desearían. A veces, la sociedad puede contribuir a esta inseguridad al estereotipar los roles de género, dejando al margen al hombre y esperando que las madres se encarguen de la crianza de los hijos. Además, es posible que algunos papás sientan que su pareja no les apoya o no les da la oportunidad de participar activamente en la crianza, relegándolos y obteniendo un sentimiento de impotencia. Una forma en la que los papás podemos participar activamente y generando impacto en la crianza de nuestros hijos es leyendo cuentos. Aunque existe una gran cantidad de evidencia sobre los beneficios de la lectura de cuentos por parte de las madres, se sabe muy poco acerca de la relación entre las interacciones entre padres e hijos y el desarrollo cognitivo de los niños.
Sin embargo, varios estudios han demostrado que los niños cuyos padres les leen cuentos tienen habilidades lingüísticas más avanzadas que aquellos niños cuyas madres les dan vida a sus libros. La profesora investigadora Anna Duursma, ha dedicado gran parte de su trabajo a estudiar la participación del padre en el desarrollo infantil, en particular en las áreas de lenguaje, alfabetización y desarrollo cognitivo. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Wollogong en Australia y aplicado a 430 familias estadounidenses, buscó el impacto de la lectura paterna y materna en el desarrollo cognitivo, de alfabetización, y de lenguaje en los niños. Según declaraciones de Anna Duursma «el impacto de los hombres es enorme, particularmente si los papás comienzan a leerles a los niños menores de 2 años». Descubrieron que cuando los hombres leen cuentos, las preguntas que le hacen a los niños son abstractas y más desafiantes cognitivamente, en comparación con las preguntas estructuradas de las madres.
En resumen, el lenguaje que empleamos como padres para comunicarnos con los niños tiende a ser más complejo y menos lineal. Lo más importante es que, al realizar preguntas abiertas durante la lectura en voz alta, fomentamos un pensamiento crítico de alto nivel. Pam Allyn, experta en alfabetización y directora de Lit World, explica este proceso. Por lo tanto, es momento de superar tus miedos e inseguridades, es crucial que, como papá, leas a tu hijo al menos 20 minutos al día.
Consejos para leer cuentos como actividad divertida
- Es importante no solo centrarnos en la historia en sí, sino también en interactuar con los niños. Debemos observar y acompañarlos en su proceso de descubrimiento, mientras hacemos contacto visual para reforzar nuestra conexión emocional. Podemos transformar este momento en un tiempo de juego, donde los niños pueden dejar volar su imaginación y crear su propia versión de la historia.
- Cuando leemos en voz alta un cuento a nuestros hijos, estamos creando una experiencia única y mágica que cobra vida ante nuestros ojos. La clave para lograr esto es ser expresivo y cuidar el tono de voz. Debemos hacer variaciones en nuestra entonación y expresión facial para que la historia tenga más impacto, sea más rica y emocionante para los niños.
- La integración del lenguaje corporal es muy importante, ya que nuestros gestos y movimientos pueden realzar la narración, ayudar a expresar y hacer que los niños se sientan más involucrados en la historia.
- En ocasiones, llevamos un ritmo apresurado de nuestras actividades a momentos que requieren un ritmo más pausado, como la lectura de un cuento. Por lo tanto, es importante recordar que no debemos correr, ni anticipar el final, sino disfrutar del proceso de lectura. Debemos leer cada palabra con claridad y prestar atención a cada frase para que la historia cobre vida.
- Es importante que internamente valoremos este momento como una experiencia valiosa, tanto para nosotros como para nuestros hijos, y no dejar que la prisa y el estrés nos impidan disfrutar plenamente de esta actividad especial.
- Los cuentos pequeños para niños son una combinación perfecta de imaginación, creatividad y belleza literaria en un formato accesible. Son un marco ideal para crear momentos especiales y emocionantes con los niños, que perdurarán en su memoria por mucho tiempo.
Se ha comprobado que los cuentos cortos son una excelente opción para empezar a leer a los niños pequeños. A los niños les gusta la repetición y los cuentos cortos ofrecen una estructura predecible que les ayuda a comprender y recordar la historia. Además, la atención de los niños pequeños suele ser corta, por lo que los cuentos cortos son más fáciles de seguir y mantienen su interés.
Dos cuentos cortos que mi hijo adora son «Papá, por favor, consígueme la luna» y «La luciérnaga solitaria«, ambos escritos por Eric Carle. El primero narra cómo un padre le consigue la luna a su hija, demostrando que el amor de un padre no conoce límites. Además, al hacerlo, enseñamos a nuestros hijos las peculiaridades de las fases lunares con cariño especial. Para mí, es un cuento entrañable, llamativo, didáctico y hermoso. Sus dibujos son preciosos y cobran vida gracias a sus colores, con algunas páginas que se abren para darle más dinamismo. El segundo es un libro que cuenta la historia de un pequeño y prodigioso animal con ternura y sabiduría, mostrando un escenario desde diferentes puntos de vista y poniendo como protagonista a la luciérnaga.
No solo hay que limitarse a leer los cuentos que se pueden comprar. Cada niño tiene unos intereses distintos, así que crear cuentos relevantes que incluya un personaje o escenario que le atraiga es imprescindible para mí. Esto es una excelente forma de desarrollar la imaginación, ya que al reflexionar sobre la historia y hacerse preguntas sobre lo que está pasando, los niños pueden desarrollar su capacidad para pensar de manera crítica y creativa. A mi hijo le encantan los cuentos que empiezan con la frase «había una vez…», imagino que es porque tiene una gran fuerza de evocadora que capta su atención rápidamente. Le encantan los magos y los tractores, por lo que es fácil crear cuentos personalizados sobre estos temas. Además, como el abuelo se llama Juan, puedo incorporar nombres propios a los cuentos para hacerlos más significativos para él.