Construyendo la imagen de Papá
Si quieres ser un gran papá tienes que ser un gran hombre
Pienso que ser papá es una de las responsabilidades más gratificantes y desafiantes que se pueden tener en la vida. Realmente está siendo un desafío constante, pero también está siendo una oportunidad única para crecer como persona y formar un vínculo especial con mi hijo. Uno de los mayores desafíos que me había propuesto es lograr ser una figura de confianza y seguridad para él, para que sienta que puede acudir a mí en los momentos difíciles. Sin embargo, a veces puede ser difícil saber cómo estamos haciendo las cosas, especialmente cuando nuestros hijos son pequeños y aún no tienen las habilidades para expresar sus sentimientos de manera verbal o clara. Ayer, mientras mi hijo estaba en brazos de su madre y se sentía abrumado por el mundo a su alrededor, tuvo la confianza de mirarme y decir “con papá”. Fue un momento increíblemente especial para mí, porque significó que mi hijo ve en mí una figura que representa seguridad y apoyo en su vida.
Sin titubear ni vacilar, tomé a mi hijo en brazos y nos sumergimos en nuestro propio mundo, llenos de confianza y seguridad. Pero, ¿Cómo logramos ser esa figura de confianza y seguridad para nuestros hijos? Es un proceso continuo de trabajo y reflexión. Estando a mi cargo, priorizo que la gente respete su espacio con todo lo que ello conlleva, y eso él lo valora mucho. Por eso, cuando se siente incómodo, sabe que puede contar con papá para liberarse de aquello que le incomode. Para ello es esencial estar presentes y conectados emocionalmente con nuestros hijos, tanto en los momentos felices como en los difíciles. Es importante ser un buen comunicador y observador activo, para que nuestros hijos se sientan cómodos y seguros al desarrollarse a nuestro lado. Además, es fundamental ser un buen modelo a seguir, mostrando a nuestros hijos los valores y principios que queremos inculcar en ellos.
En mi experiencia como padre, he aprendido que una de las cosas más importantes que puedo hacer es trabajar constantemente en mi desarrollo personal para construir una imagen fuerte de confianza y seguridad como persona y como padre. Esto significa ser consciente de mis acciones y decisiones, y asegurarme de que estoy siendo el tipo de papá que quiero ser, incluso en situaciones difíciles en las que mi hijo no puede verbalizar lo que necesita o desea. Es importante tener en cuenta que esto puede ir en contra de las expectativas de la sociedad o la familia, pero es fundamental mantener mi compromiso con ser el mejor papá posible para mi hijo. Se necesita creer en uno mismo, tener confianza en uno mismo, de esta forma será más fácil ser un buen modelo en el que fijarse.
Ser papá es un desafío continuo que requiere de un trabajo constante y mucha reflexión, tras superar los primeros obstáculos se convierte en una oportunidad única para desarrollarnos como personas y crear un vínculo especial con nuestros hijos. Ayer, mi hijo me recordó lo importante que es ser esa figura de confianza y seguridad en su vida, y me comprometo a seguir trabajando para ser el mejor papá posible para él. Si te sientes identificados o tienes curiosidad por más reflexiones y experiencias de un padre primerizo muy comprometido, te invito a leer el libro “Te Necesito” donde intento plasmar mis esfuerzos, mis mayores miedos, el impulso de la fuerza interior y lo agradecido que estoy por ser padre.