Construyendo la confianza en Papá
Construyendo el futuro
La confianza es importante en cualquier trabajo. No hay otro trabajo en el mundo como ser padre. Con otros trabajos, obtienes suficiente capacitación e incluso, a veces, experiencia práctica supervisada. Pero con la crianza de los hijos, aunque hay mucho en juego y la curva de aprendizaje es empinada, uno entra casi a ciegas. Es por eso que la confianza es tan vital para una relación entre padre e hijo. En cualquier relación, podemos perdonar casi cualquier cosa si existe confianza. La confianza construye esa apertura bidireccional y la comunicación crucial para llevar a cabo sus responsabilidades como padre de manera efectiva. Sin confianza, es difícil conectarse con su hijo. Y sin esa conexión, el apego seguro, que según multitud de estudios, es la base para un desarrollo saludable, podría no ser tan estable como pudiera parecer. La confianza no se construye de la noche a la mañana, requiere un trabajo continuo, y se basa en la consistencia y la honestidad de los padres desde la infancia. Además, es importante recordar que la confianza no es solo importante en la relación entre padres e hijos, sino también en cualquier relación humana.
La confianza en los padres es especialmente importante en la primera infancia, ya que es en esta etapa cuando el cerebro y la personalidad del niño está en desarrollo. Los niños que confían en sus padres son más propensos a explorar su entorno, a tomar riesgos y a ser más curiosos. Esto les ayuda a desarrollar habilidades importantes como la curiosidad, la resolución de problemas y la autorregulación.
Como ya expliqué en otra entrada, trato de cuidar mucho la imagen de papá, es por eso que cada detalle cuenta. Al principio, cuando comenzó a jugar con juguetes pequeños, soltaba alguno de vez en cuando. Sin que él se diera cuenta, yo los recogía y los guardaba en un bolsillo. Normalmente, poco después, él siempre quería recuperar el juguete que había soltado anteriormente y se ponía a buscarlo. Pasado un tiempo, yo se lo ofrecía y él lo cogía para seguir jugando, sin darle mayor importancia. Hoy, mi hijo, cuando alguien le ofrece un juguete u objeto y él quiere cogerlo, me llama para que le guarde lo que lleva en la mano. Con el tiempo, él ha aprendido a confiar en mí para cuidar sus pertenencias y eso para mí es una gran muestra de su confianza en mí como padre. Esto me llena de orgullo y me hace sentir que estoy haciendo un buen trabajo como padre.
Esto totalmente convencido de que la confianza es el aspecto o característica más importante en cualquier relación, especialmente en la relación entre padres e hijos. El hecho de que mi hijo pequeño confíe en mí para guardar sus “objetos valiosos”, es una muestra de la confianza que ha construido en mí como padre. Imagínate en un futuro, donde tu hijo se meta en problemas o necesidades más serias, ¿te gustaría que acudiera a ti? Esta confianza se construye a través de momentos como este, donde demuestra que confía en mí para cuidar sus cosas. Aunque pueda parecer un acto insignificante, es un gran paso en el desarrollo de la confianza en nuestra relación.
En el futuro, esta confianza puede extenderse a otras áreas, como confiar en mí para hablar de problemas o preocupaciones importantes. ¿Has notado que tu hijo te cuenta cosas que le molestan y a otros no se lo cuenta? A mí me ha pasado. Tuve que decirle a mi hijo que si algo no le gusta, como que le limpien la caquita con el pañal o con papel, también debe decírselo a su madre. La confianza es esencial para una comunicación sana y una relación fuerte entre padres e hijos. Cada pequeño acto de confianza fortalece nuestro vínculo y establece las bases para una relación sólida y afectuosa en el futuro.